Hoy por la mañana y después de un rato de espera, pudimos ver a los soteños entrar confiados al improvisado comedero que preparo mi amiga Pilar con algo de avena de los caballos. Por lo visto se están convirtiendo en huéspedes habituales, lo mismo que me voy a convertir yo, como siga teniendo ese prado tan productivo.
Se asomó también un reyezuelo listado a hacer compañía.
Los soteños son ya como de mi familia. Y en cuanto al reyezuelo vaya bonito que te ha quedado, y ¡pensar que estuve toda una tarde detrás de ellos para no conseguir nada!. Al saber le llaman suerte.
ResponderEliminarNo creas, es el primero que logro "cazar" en tan buena postura. La luz no es buena pero "ye lo que hay".
ResponderEliminarMuy buenas las fotos Javier.
ResponderEliminarSon dos especies que todavía no he logrado fotografiar ni ver.
Un abrazo!!
Yo tampoco había visto a los soteños, y es que son unas aves preciosas.
EliminarProbando, probando. Muy guapo tu blog
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